Cuando abrí este canal, Hope!, en 2018, los científicos del Panel Intergubernamental de expertos en Cambio Climático avisaron claramente: teníamos 12 años para reducir las emisiones a la mitad o dejará de ser posible evitar superar el límite climático de 1.5º C. A partir de este límite, además del clima extremo y errático que ya tenemos, aparece el alto riesgo de activar puntos de inflexión irreversibles, como el colapso de la corriente oceánica AMOC, el deshielo del permafrost o la transformación irreversible de la Amazonía en una sabana.
Estamos a punto de entrar en 2025. Tenemos solo cinco años para lograr llegar a ese objetivo a nivel global. Entramos en los años decisivos. Y, pese a que sobran motivos para el pesimismo y la desesperanza, lo cierto es que aún podemos lograrlo y que hay más motivos que nunca para dar lo mejor de nosotros mismos y empujar para llegar a tiempo. Y esto no es un alegato bienintencionado pero naif, no.
Si algo me queda claro después de pasarme este año rodando soluciones en 21 países de 4 continentes para la serie documental Hope!, que se estrenará, por fin, en abril, es que, realmente estamos en condiciones de lograrlo. Tenemos las soluciones, son mejoras, y hay una corriente de fondo, de la que se habla muy poco pero que está acelerando los cambios en todo el mundo, tanto en electrificación con renovables para dejar atrás la era de los combustibles fósiles, como en la transición a la agricultura regenerativa y la restauración de la naturaleza. Un puzle formado por cientos de soluciones que están construyendo un nuevo mundo.
Estamos en un momento bisagra. La pelota puede ir para el lado de los puntos de inflexión negativos que nos lleven a un calentamiento catastrófico y a la extinción de especies, sí. Pero también existen puntos de inflexión positivos de la regeneración social y ambiental que pueden cambiar la faz de la Tierra y revertir la crisis climática. Nosotros elegimos empujar ese segundo escenario. Y tenemos noticias. Vamos a transformarnos en algo mucho más grande de lo que veníamos siendo.
Hope! comenzó como un proyecto personal de comunicación. Desde hace 3 años, a ese proyecto mío se ha sumado Marcel Tió, un mago de la edición que está detrás de los vídeos. Pero llevábamos tiempo pensando que faltaba algo más. Algo capaz de transformar en acción la increíble energía viral que desata la comunidad de Hope! en redes sociales. Ya hemos superado los 1.000 millones de reproducciones.
Llevamos tiempo trabajando para construir una organización con ese objetivo fundamental, y hemos integrado a personas excepcionales que iréis conociendo próximamente, además de tejer alianzas con decenas de otras organizaciones que comparten nuestra misión.
Tres proyectos que os podemos adelantar son: